viernes, 23 de septiembre de 2011

¿HACERSE BRUTO ES SABIA Y ÚTIL?


Mi mamá me decía con frecuencia que  iba salir
adelante no por inteligente, sino por bruto.

Esta afirmación que entonces me ofendía, con el tiempo
me ha llegado a parecer sabia y útil.

Ahora me doy cuenta de lo importante que es saber
hacerse el bruto.

Por ejemplo:

- Si un pariente cercano me dice una indirecta para
ofenderme, me hago el bruto que no entender y así no
le doy el gusto de amargarme la vida.

- Si quiero aprender algo que me cuesta trabajo, me hago
el bruto, no sucumbo a la impaciencia de los demás y sigo
intentando hasta lograrlo.

- Si mi compañero de trabajo o mi superior permanecen
irritados la mayor parte del tiempo, no pienso que es conmigo
o por mí, sino que me hago el bruto y digo: "Debe ser que
le duele la muela" y de esa manera me hago inmune al
contagio de ese dolor.

- Cuando dicen "no" a mi objetivo, me hago el bruto y entiendo
"todavía no" y así me permito seguir buscando formas de
conseguirlo.

- Si algo que intento cien veces no me resulta como
quiero, no me tildo de bruto por no haberlo logrado, sino
que pienso en lo bruto que sería si desistiera después de
tanto esfuerzo.

- Cuando estoy hablando por teléfono con alguien de quien
necesito un servicio o información y la persona sube el tono
de voz más de lo necesario y vocaliza cada palabra exageradamente,
tal como si dijera: "No sea bruto, ¿acaso no entiende
lo que le estoy diciendo?" Decido entonces
respirar profundamente, contestarle pausadamente
y con calidez, dándole las gracias
por su paciencia con mi falta de entendimiento...

Esto funciona como magia la mayoría de las veces para
cambiar las mareas a mi favor.

Amigos lectores, te confieso que me gustaría poner en práctica
estos consejos más frecuentemente, porque en realidad no hay
nada que me parezca más tonto que tratar de parecer correcto
e inteligente todo el tiempo y con todos.

Feliz semana.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

LEYES DE LA VIDA


Si eres una persona escéptica,



Te daré un poco más de información:



La 1ª Ley caza el miedo.

Te da valor personal, aumenta Tu confianza en ti

y hará de ti una persona que inspirara confianza

en otros.



La 2ª Ley es llave de la felicidad.

Ella te aporta alegría, en todas las circunstancias de tu vida.

Ella te ayudar a mejorar tus relaciones con los demás,

Será como una luz en tu camino en los momentos oscuros,



La 3ª Ley te dará sobre los demás,

una ventaja casi injusta.

Es el origen de todos los éxitos Excepcionales,

de la mayoría de los descubrimientos,

es una llave para transformar el fracaso en éxito.



La 4ª Ley tiene un secreto bien guardado.

Puede uno saber todo de una persona,

incluso sus pensamientos más ocultos,

a partir de esta ley.

Que todo gran hombre la utiliza.



La 5ª Ley tiene una potencia casi mágica

para superar esos hábitos negativos que nos sobrepasan

y sirve para poner la fuerza del hábito a tu favor

Esta sola ley, puede cambiar tu vida.



La 6ª Ley te protege de los problemas de dinero.

Te entrega el secreto de la antigua Babilonia

para aumentar las riquezas.

Incluso si tú estás con deudas hasta el cuello,

Esta Ley hará de ti una persona independiente financieramente

y libre de contratiempos materiales.



La 7ª Ley es el secreto de la Vida.

Es la que te permitirá todo lo demás.

Y no obstante, es tan fácil de ignorar,

que más del 99% de las personas que te rodean

la desdeñan - y la pagan muy caro-

Ella te evitará dolor, y aumentará tu longevidad.





martes, 6 de septiembre de 2011

PRIORIZANDO LO PRIMORDIAL


Un viejo profesor  fue contratado para dar una formación sobre la planificación eficaz de su tiempo a un grupo de quince ejecutivos de grandes compañías norteamericanas.


Este curso constituía uno de los cinco talleres de su jornada de
 formación. El viejo profesor no tenía entonces sino una hora para "hacer pasar su materia".


Parado, delante de ese grupo de élite (que estaba listo a anotar
 todo lo que el experto le iba a enseñar), el viejo profe los miró uno por uno, atentamente, y les dijo "Vamos a hacer un experimento".

Debajo de la mesa que lo separaba de sus alumnos,
 el profesor movió un inmenso tarro de vidrio de más de 4 litros, que puso delicadamente en frente suyo. Luego sacó alrededor de doce piedras tan grandes como bolas de tenis y las depositó cuidadosamente, una por una en el gran tarro.


Cuando el recipiente se llenó hasta el borde y era imposible
 agregarle una sóla piedra más, levantó lentamente los ojos hacia sus alumnos y les preguntó:


"¿Les parece que el tarro está lleno?"


Todos respondieron: "Sí."


Esperó unos segundos y agregó. ¿Están seguros?


Entonces, él se agachó de nuevo y sacó de debajo de la mesa un recipiente lleno de piedrecillas. Con mucho cuidado,
 él agregó las piedritas sobre las piedras grandes 
y sacudió ligeramente el tarro. Las pequeñas piedras se infiltraron entre las grandes... hasta
 
el fondo del tarro.


El viejo profesor levantó nuevamente los ojos hacia su auditorio
y reiteró su pregunta:


"¿Les parece que el tarro está lleno?"


Esta vez sus brillantes alumnos comenzaron a entender su manejo.


Uno de ellos respondió: "¡Probablemente no!"


"Bien", respondió el viejo profesor.


Se agachó nuevamente y esta vez sacó de debajo de la mesa
 una bolsa de arena. Con mucho cuidado agregó la arena al tarro. La arena rellenó los espacios existentes entre las piedras 
y las piedritas. Una vez más,
 preguntó: "¿Les parece que el tarro está lleno?"


Esta vez sin pensarlo dos veces y en coro, los brillantes alumnos,
 respondieron:
"¡No!"

"¡Bien!", respondió el viejo profesor.


Y como se esperaban sus prestigiosos alumnos, el hombre cogió la botella de agua que estaba sobre la mesa y llenó el tarro hasta el tope. El viejo profesor levantó entonces los ojos hacia su grupo y preguntó:


"¿Qué gran verdad nos demuestra esta experiencia?"
 


Sin estar loco, el más audaz de sus alumnos,
 reflexionando sobre el tema de este taller,
respondió:

"Esto demuestra que incluso cuando creemos que
 nuestra agenda está completamente copada, si lo deseamos realmente, podemos agregar más citas, más cosas para hacer."

"No", respondió el viejo profesor. "No es eso.
 La gran verdad que nos muestra esta experiencia, es la siguiente:" "Si uno no mete las piedras grandes primero en el tarro,
jamás podría hacer entrar el resto después."


Hubo un gran silencio, en el que cada uno
 estaba tomando conciencia 
de la evidencia de estos propósitos.


El viejo profesor, dijo entonces: "¿Cuáles son las piedras grandes 
en sus vidas?"


¿Su salud? ¿Su familia? ¿Sus amigos? ¿Realizar sus sueños? ¿Hacer lo que aman? ¿Aprender? ¿Defender una causa? ¿Relajarse? ¿Tomarse el tiempo...? ¿O cualquier otra cosa?

"Lo que hay que retener, es la importancia de meter esas PIEDRAS GRANDES en primer lugar en la vida.
 Si no, uno se arriesga a no lograr...la vida. Si uno le da prioridad a los pecadillos  (las piedritas, la arena) uno llenará la vida, pues, de pecadillos 
y no tendrá suficiente tiempo para consagrar a los elementos importantes de la vida."

Queridos lectores. Cuales son las piedras grandes para ti. Cuáles tienes en tu tarro y cuáles estas dejando por fuera?. Enseguida, mételas primero en el tarro.

Feliz semana.